Son tumores que tienen su origen en otro órgano del cuerpo y que en su proceso de crecimiento han alcanzado el cerebro. Entre los tumores con mayor frecuencia a metastatizar en el cerebro se encuentra el adenocarcinoma pulmonar y el de mama, así como el melanoma cutáneo.
Clínica
La clínica dependerá de la loalización de la lesión. Así pues puede aparecer clínica focal, dificultad para mover alguna extremidad, dificultad para el habla… o bien aparecer sintomatología más inespecífica como puede ser cefalea, crisis epilépticas, entre otros muchos síntomas.
Pruebas Diagnósticas
Una vez realizada la exploración clínica, ante la sospecha de que pueda existir una lesión intracerebral deberemos practicar alguna prueba de imágen. Habitualmente la primera prueba suele ser un TAC (scaner) craneal, en un segundo tiempo deberemos realizar una RM cerebral lo que nos permitirá una localización más precisa de la lesión. El diagnóstico diferencial de estas lesiones será siempre con los tumores primario (glioma) o proceso infeccioso.
Tratamiento
En los casos de lesiones únicas que puedan ser extirpardas con poca morbilidad el tratamiento de elección será la cirugía. Cuando existan más de tres lesiones, el tratamiento será la radioterapia. En los casos en los que existen dos o tres lesiones deberá plantearse cirugía o radioterapia en función de la localización de las lesiones así como el tamaño de las mismas.
En los últimos años se ha introducido la radiocirugía (radioterapia estereotáxica) que permite administrar dosis mayores en la zona de la lesión sometiendo a unas dosis tolerables al tejido sano circundante.
Tras la intervención quirúrgica los pacientes deberán recibir radioterapia para el tratamiento de posibles focos neoplásicos no evidenciados en las pruebas de imágen.