En algunas ocasiones se trata de un procedimiento invasivo, no exento de riesgos y complicaciones, que aunque las técnicas actuales de las que disponemos (ver noticia TAC intraoperatorio) han permitido reducir su incidencia. El principal inconveniente de estas técnicas es que limitan la movilidad de la columna y restringen su movilidad, además aumenta el riesgo de degeneración precoz de los niveles adyacentes no fijados, al tener que soportar una mayor sobrecarga.
Para evitar estas limitaciones, se han desarrollado las prótesis de disco, para la columna cervical y la lumbar. Su mayor ventaja: tratan la patología de la columna sin fijar ni restringir el movimiento, minimizando la degeneración del disco adyacente a la vez que mantiene una función más fisiológica del segmento tratado.
Nosotros somos partidarios de considerar siempre esta posibilidad como una alternativa muy real antes de decidirnos por cualquier fijación de columna lumbar o cervical.
Realizar una exhaustiva valoración del paciente previamente a la cirugía será de vital importancia, valorar el tipo de dolor y limitación que presenta, valora los cambios radiológicos…, pues es la selección del paciente el principal factor pronostico a la hora de realizar una artroplastia (colocación de prótesis de disco) tanto a nivel lumbar como cervical.